El caso Thomas Heurtel ha explotado en plena época electoral azulgrana, una circunstancia que no seria casual según fuentes próximas al Real Madrid que relacionan el ataque madridista como respuesta a una de las acciones de este proceso, en concreto la pancarta de Joan Laporta cerca del Bernabéu.
Al parecer, después de que Joan Laporta le pidiera permiso a Florentino Pérez para activar la lona, el precandidato y expresidente también supo que el presidente del Real Madrid no se iba a quedar con los brazos cruzados, que este tipo de cosas, por innecesarias y populistas, acaban provocando reacciones.
La de Florentino no ha tardado en producirse. Cuando fue informado de la crisis de relación personal y profesional entre el técnico del equipo de basket, Sarunas Jasikevicius, y el base francés, el presidente blanco dio instrucciones de ficharlo. Ha sido su oportunidad para devolverle el golpe y provocar una crisis de largo recorrido que, en este caso, afecta a la sección de baloncesto de momento. Si alguna vez hubo un pacto de caballeros entre Florentino y Bartomeu para no entrar en guerra desde luego ha saltado hecho añicos con la pancarta de Laporta. La guerra no ha hecho más que empezar.