Las tretas electorales, sobre todo para apurar el reglamento e ir un paso por delante de los demás, puede provocar situaciones cómicas como la carrera protagonizada por las candidaturas de Joan Laporta y Víctor Font por instalar una carpa de recogida de firmas en las instalaciones del Camp Nou, en concreto frente a la Oficina de Atención al Barcelonista en la zona del Auditori 1899. Esta es una instalación dinámica ofrecida por el club a un precio de 1.000 euros, equipada con corriente eléctrica, fotocopiadoras y todo lo necesario, en régimen de alquiler, para atender a los socios que quieran dar su firma a una candidatura.
Pues bien, Joan Laporta no dudó en presentar el primero una solicitud para disponer de un puesto en el estadio. Cuando la candidatura de Víctor Font tuvo noticias de que su gran rival Laporta, ya que ambos compiten por el mismo electorado, había reservado una carpa, él no tardó un segundo en enviar una solicitud. Si hubiera podido hasta más grande y más ancha si no fuera porque la normativa lo impide.
El resto de los candidatos actuaron con más serenidad y sobre todo con información, pues resulta que la OAB está cerrada hasta nueva orden, lo mismo que el Museu y el resto de las instalaciones de modo que la zona permanece deshabitada y cero transitada desde hace días y lo seguirá estando mínimo hasta el día 11, fecha en la que finaliza esta fase de la recogida de firmas. Es decir que no servirán más que para hacer el ridículo por culpa de esa compulsión y de esa facilidad para gastar dinero de unos y otros. No serían ninguno de los dos, Font y Laporta, ejemplos de austeridad y conocimiento a la hora de evaluar cómo invertir y en qué administrar los recursos de la candidatura, en principio propios. ¿Qué son capaces de hacer con el dinero tan poco controlado de los socios si llegan a presidente? Esta es la pregunta que se hacen los empleados del club ante la carrera de ambos por colocar una pancarta en medio del ‘desierto’.
