Después de sus continuos errores y rectificaciones, Víctor Font está siendo presa de una desesperación evidente, le están entrando las prisas y, más que como un precandidato a la presidencia del FC Barcelona, parece haber entrado en una especie de crisis personal. En el primer día del periodo de la recogida de firmas, le entró la compulsión y ya no pudo resistir la tentación de algo tan propio de su escuela (Soriano y Laporta) como es hacer trampas y provocar que la Oficina de Atención al Barcelonista, la sede de la administración social del club, se viera obligada a tolerar y permitir su mala educación y su falta de respeto.
El club había decidido realizar la entrega de las papeletas en orden ascendente por el número de socio de cada uno de los precandidatos. Víctor Font debía aparecer por las oficinas a las 13 horas de acuerdo a ese plan y orden establecido. Sin embargo, se presento tres horas antes para forzar la situación y exigir que le fueran entregadas las papeletas. De un modo infantil, inmaduro y grotesco se quiso colar retando a los responsables a obligar-les a empezar el día dejándole en la puerta, con la prensa allí esperando la llegada del resto y dispuesto a lloriquear y armar un pequeño espectáculo, seguramente con el único propósito de salir aún más en la prensa y provocar artificialmente una situación de conflicto.
Puede asegurarse que, siempre inclinado a la mentira, el fraude y el engaño para conseguir sus propósitos, Víctor Font, el hombre que falsamente había prometido traer a Xavi, ya es el mejor aprendiz de Laporta.
A partir de aquí ya sólo se puede esperar que a lo largo de lo que queda de la campaña electoral se mueva en este terreno abonado y peligroso de utilizar los codos, entrar por detrás y si es necesario engañar al árbitro para ganar. Ya circulan chistes sobre si Font es verdaderamente un barcelonista como se debe o es más dado a intentar ganar, igual que el Real Madrid, como sea, de cualquier manera, sin reglas e influyendo en el VAR para no revisar las jugadas.
Una vez más, también, la prensa no quiso ver la maniobra de Víctor Font y no informó -denunciar lo ocurrido ya sería impensable- de un hecho que demuestra el talante tan poco deportivo y contrario a los valores del FC Barcelona que dice defender. También esta será una dinámica electoral: permitir mediáticamente que Font y Laporta jueguen sucio. Realmente, el Barça se juega mucho en estas elecciones.
