Puigdemont arremete contra el «pactismo mágico» de Esquerra

"Ni la supervivencia de un gobierno de izquierdas en España ni la lucha contra la derecha justifican ningún aplazamiento estratégico", dice

Puigdemont, en la Eurocamara
Puigdemont, en la Eurocamara

El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha decidido cargar duro contra su socio de gobierno, ERC en un artículo publicado en La Vanguardia y titulado Los acuerdos con el Estado y el pactismo mágico. «Ni la supervivencia de un gobierno de izquierdas en España ni la lucha contra la extrema derecha justifican ningún aplazamiento estratégico. Son las metas políticas que se marque como movimiento político, avalado siempre por amplias y crecientes mayorías electorales, las que han guiar el independentismo en la consecución de sus objetivos «, ha escrito el ahora eurodiputado.

Puigdemont argumenta que «tenemos que poner en práctica la estrategia para la consecución de un Estado propio. Una estrategia que no vinculada a las mayorías coyunturales que haya en el Congreso español, ni tampoco a su correlación de fuerzas ideológicas», en clara referencia a la estrategia de ERC de contribuir a la estabilidad del ejecutivo del PSOE y Podemos y de mantener viva la mesa de diálogo.

Puigdemont también lamenta en este artículo que se haya querido destruir completamente el legado del pujolismo: «Una parte del catalanismo sintió la necesidad obsesiva de matar el legado político y de obra de gobierno de Jordi Pujol porque creía que eso les ayudaría a ganar las elecciones «, en lugar de entender que sobre este legado, convirtiéndose en lógicos herederos, podrían aportar sus propias bases de la relación con el Estado, y así habrían aportado a la generación posterior un fundamento aún más sólido de lo habían recibido «.

El líder de JxCAT concluye que «pretender resolver cuestiones estructurales, de fondo, aprovechando la debilidad parlamentaria de un gobierno es de una ingenuidad peligrosa, que ignora el verdadero poder del Estado». A su entender, es «un ejercicio de autoengaño que quizá permite transitar pacíficamente de unas elecciones a otras, pero que contribuye a la cronificación del conflicto, que es el escenario donde el fuerte gana siempre».

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