El gobierno catalán ha decidido no hacer cambios, al menos por ahora, en el plan de Navidad aprobado este miércoles. Las reuniones de diez personas están previstas como máximo, incluyendo menores de edad, y un máximo de dos burbujas de convivencia. El toque de queda nocturno también se retrasa a las dos y media de la mañana en Navidad y Nochevieja, y a las once en la noche de reyes.
Lo que sigue sin estar claro, sin embargo, es cómo se gestionará la Navidad en los hogares de atención de ancianos, uno de los grupos más vulnerables y que más ha sufrido a lo largo de la pandemia.
La Generalitat de Cataluña ha anunciado un plan de Navidad para el grupo que contempla una serie de medidas, incluyendo reuniones dentro de las residencias o que los residentes pueden ir a comidas en los hogares de sus familiares. Medidas que el sector no ve claramente porque la Generalitat no ha especificado qué protocolos precisos se seguirán para realizar estas reuniones sin poner en riesgo la salud de los usuarios de las residencias.
El gobierno espera que los residentes estén en contacto con sus parientes en fechas tan especiales. Es por ello que el plan indica que las residencias facilitarán las visitas a los residentes y maximizarán y ampliarán los espacios de visitas según las condiciones estructurales, salvo en el caso de que la situación epidemiológica no lo permita.
Del mismo modo, los residentes podrán salir a reunirse con los miembros de la familia en casa, especialmente los días 24, 25, 26 y 31 de diciembre y 1, 5 y 6 de enero. También se permitirán salidas de fin de semana y salidas más largas durante un fin de semana y menos de 3 semanas.
