El rey Juan Carlos I gastó en 2018 102.000 euros de la sociedad donde supuestamente escondía una fortuna millonaria, la Fundación Zagatka, para comprar tres escopetas en una armería del País Vasco.
Según informa El Confidencial, en la adquisición de las tres escopetas de caza habría participado uno de los supuestos testaferros del monarca, el abogado suizo Dante Canonica, que está siendo investigado por la Fiscalía de Ginebra por el blanqueo de capitales del entorno del rey emérito en su territorio.
Este diario digital ha tenido acceso a documentos que acreditarían que las armas, que se sumarían a otros gastos, habrían sido pagadas con los fondos de origen opaco escondidos por Juan Carlos I en bancos suizos.
Uno de los documentos facilitados por El Confidencial que lo acredita es la factura de la empresa Kemen Sport, con sede en Guipúzcoa, y presentada como «maestros artesanos de la armería». La factura indica la venta de tres escopetas idénticas en junio de 2018 por un valor cada una de ellas de 33.878 euros.
Cabe destacar, sin embargo, que el nombre de Juan Carlos no aparece en la operación. La factura de Kemen incluye a su primo Alvaro de Orleans-Borbón, administrador de la Fundación Zagatka, quien pagó las armas a través de una triangulación de las transferencias bancarias.
Las escopetas fueron pagadas, en primera instancia, por Álvaro de Orleans a través de una cuenta personal que tenía en el banco Julius Baër. Sin embargo, el 25 de junio de 2018, su secretaria envió una orden de pago al despacho de Dante Canonica, encargado de la gestión legal de Zagatka, para que reembolsara los 101.636,37 euros que el familiar del rey emérito había adelantado con dinero de la fundación.
Por otro lado, hace unos días Juan Carlos I recibió en Abu Dabi la visita de la infanta Elena, lo que supone el primer viaje (del que se tiene constancia) de un familiar del rey para verle desde que se fue de España el pasado 3 de agosto.
