Pueblo alzado por vergüenza, agotamiento y rabia

La situación es crítica. Ya no lo niega nadie razonable. Ni los mismos (ir)responsables que persisten en su deriva. ¿Autocrítica? Sus elucubraciones han ido cayendo una tras otra. ¿Ahora ya hablamos de la posible tercera oleada? La angustia social es brutal, extendida y crónica. Más incertidumbres, penurias y contradicciones, y más MUERTOS. Sufrimiento por el largo calvario de la crisis. Muy tangibles, irritabilidad, miedo, ansiedad, bajas, pobreza, depresión, y también suicidios.

Cada mañana un nuevo sobresalto, el susto cotidiano estremecedor. Desde el Gobierno, hablo de Catalunya, no cambian el discurso, ni mensajes, ni –peor– los hechos. Comunicados llenos de mantras, y lluvia de verbos genéricos: seguir, tratar, mirar, trabajar. Hablan de diagnosis desde la distancia como si ellos no fueran los autores (la "culpa", siempre de los "otros") Nunca agradecerán bastante el esperpento del Madrid de Ayuso. Ir tirando, un día tras otro, más tiempo e impunidad. Ocasión espléndida, piensan, y oportunidad para el negocio.

La lista de calamidades es de una contundencia insuportable.un déjà vu, volver a vivir y ahora sin excusa. Detrás de cada horror una treta: residencias donde siguen los muertos y contagios, un clamor de rabia. Conciertos/conjuras sostenidos con empresas privadas amigas. Derivaciones a privados de dinero público, y de finalidad explícita (UE) para la crisis pandèmica. Nuevos decretos excepcionales.
Rastreadores que no se activaron cuando tocaba y el macroencargo a Ferrovial. Adjudicaciones del gran pack de Barcelona de Servicio de Atención Domiciliaría a empresas buitres como Domus ("remunicipalización"?). Atención primaria en fase de demolición por el alud de trabajos encargados y ahogo de recursos de personal y material. Barrera de incomunicación paciente/equipo sanitario de primaria mediante el teléfono muro, ahora protagonista de las (des)asistencias y otra vez a pagar al 061. Hospitales y UCI públicas abocadas al colapso, mientras las privadas están listas para repetir la ayuda onerosa de la primera oleada (43.000 €/UCI). Retrasos y discriminación de pagas al personal (DPO). Edificación de cinco nuevos hospitales/anexos, para cuando lleguen, tarde y encarecidos, sin AP de base. Cambios de criterio constantes por el manejo covid, contactos, cuidados, protocolos, según lleguen tests e interese. Llamamiento a estudiantes de grados sanitarios a incorporarse a la trinchera (la quinta del biberón) a cambio de subcontratos y convalidaciones de falsas prácticas que no lo son. Regreso voluntario de profesionales jubilados, en un ejercicio incalificable de riesgo.

Sigue. Maestros haciendo de tutores médicos para los alumnos adolescentes que se harán ellos mismos las pruebas test. Macro negocio –pelotazo del Nuevo Clínico + la Escuela Industrial. Oficinas y webs de asistencia o prestaciones colapsadas. Horizonte de episodios de batalla comercial por las vacunas, tratamientos, nuevos tests, según mercado.

A punto del ataque de llanto, de vergüenza, y de rabia. Se excusan. "No se podía saber", "a toro pasado", "Madrid (por Gobierno español) nos roba y somete". Siguiendo esta plaga de fake news hasta el delirio. ¿Qué se puede hacer? El tratamiento real y posible es ignorado por sistema: INVERTIR en trabajadores de los sectores públicos, sanidad y escuela, servicios sociales y dependencia, apoyos de supervivencia. No dejar escapar ni un euro a los mercados y al lucro. Abordaje inteligente y global-local, quiero decir FEDERAL, de los temas importantes, como el que nos ocupa, y que acabará imponiéndose por razón de razones, de experiencias y democracia.

Todo lo que han perpetrado a despecho de la ciudadanía ha sido premeditado, opaco a nuestras reivindicaciones legítimas: NO NOS ATIENDEN, no nos respetan, no nos sirven. El 30 de octubre tuve ocasión de participar en una comisión del Parlament de Catalunya. Medidas a chorros. ¿Voluntad política? Ha pasado ya el tiempo de reclamar, de implorar, ¡BASTA! No quieren cambiar de políticas. No queda más remedio que CAMBIAR DE POLÍTICOS.

Sangre, sudor y lágrimas de luto y rabia claman revuelta por una verdadera RECONSTRUCCIÓN del sistema nacional y PÚBLICO de Salud. Y a no distraerse a la hora de votar. No erremos porque nos va todo en ello. ¿Siglas de partidos? Más bien coherencia con los programas y los ACTOS. Un NO rotundo a quien privatiza y mercantilitza la salud. Un SÍ a quien pone el derecho a la salud por encima de los negocios.

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