El caso de la dependienta de una panadería-cafetería de Barcelona que fue increpada por unas clientas porque no las atendía en catalán es objeto de una investigación de la Fiscalía de la capital catalana, que ha abierto diligencias por un presunto caso de acoso, según ha publicado El Mundo.
La trabajadora, de un establecimiento de la cadena Vivari en la avenida Meridiana, fue increpada por dos mujeres que le pidieron insistentemente la hoja de reclamaciones, y las grabó con el móvil mientras discutían.
Una de esas clientas le dijo que ellas también la grababan aunque estuviera trabajando: "Me importa una mierda, tía. Si estás aquí, a aprender catalán". "Yo no sé qué hacéis aquí, con lo grande que se España. Y fascista. Grande y fascista", dijo la otra.
Las imágenes se viralizaron a las redes, junto con la dirección del establecimiento, y algunos grupos de ultranacionalistas catalanes, mostrando el emblema "Cataluña catalana", se concentraron delante para exigir el despido de la trabajadora, que recibió el apoyo de entidades y partidos constitucionalistas.
Ciudadanos, en concreto, llevó los hechos a la Fiscalía por un presunto delito de coacciones con el agravante de incitación al odio, añade la misma información. El caso se encuentra en manos del servicio contra el odio y la discriminación del Ministerio Público.
