Josep Martí i Blanch, exsecretario de Comunicación de la Generalitat durante la presidencia de Artur Mas, ha defendido la presunción de inocencia de la exportavoz de JxCat en el Parlamento de Cataluña Eduard Pujol, quien fue suspendido de militancia y empujado a dejar el escaño por su partido después de recibir varias denuncias de acoso sexual.
En un artículo publicado en el Diari de Tarragona, Martí considera que "esta semana se ha matado políticamente y también por un tiempo socialmente a Eduard Pujol", de quien reconoce en el artículo que es amigo suyo "por honestidad con el lector", pero que "nada de lo que escribo tiene ninguna voluntad encubridora" y que no lo sabe todo sobre su vida. En particular, señala la actitud de la dirigente de JxCat Elsa Artadi porque, según él, "lo condenó desde el atril dejando la presunción de inocencia, a la que se refirió con extrema pereza, sin ningún valor".
Este exalto cargo del gobierno Mas, que recuerda que ni en el caso de Pujol ni en el del cupaire Quim Arrufat hay denuncias en los juzgados, lamenta que en casos de presunto acoso "la práctica que va haciéndose habitual es la de matar profesionalmente y civilmente de entrada, de tal forma que si después los hechos no quedan acreditados, ya no hay ninguna reparación posible".
"Una injusticia no se arregla con otra injusticia. Un problema no se arregla con otro problema", afirma después de plantear que "no vale utilizar como coartada para evitar la justicia ordinaria que los juzgados son heteropatriarcales o que hay violencias de mil tipos que no tienen cabida dentro del código penal para justificar ajusticiamientos y linchamientos a puerta cerrada sólo con el testimonio de las presuntas víctimas".
"Sin denuncias y sin juzgados estableciendo verdades y mentiras con la fuerza de la prueba todo esto acabará convirtiéndose en un terreno por el que será muy complicado andar. No tendríamos que llegar a eso. Y quien la haga que la pague, siempre. Pero con dos condiciones: que el que ha hecho sea un delito y esté tipificado como tal y que, además, haya quedado acreditado", concluye.
En este artículo, sin embargo, no se refiere al hecho concreto de que también la periodista Núria Casas, en Twitter, en El Nacional y en el programa de la Cadena SER Aquí Cuní, ha acusado públicamente a Eduard Pujol de haberla acosado cuando trabajaba en el grupo de emisoras de RAC1, en el que el exportavoz de JxCat fue director y jefe de contenidos. Casas cifró en una decena las veces que se sintió acosada por quien después llegó a ser diputado de JxCat.
"¿Cómo se puede demostrar cuando te han intentado tocar un pecho en medio de una redacción completamente sola? ¿O te esperan agachados en la entrada y te dicen que es para mirarte las bragas que llevas?", ha explicado esta periodista sobre su caso, dos preguntas pertinentes sobre el acoso en general y la conclusión de Martí Blanch en lo referente a la acreditación del acoso, en particular.
