Que se está quedando en cuadro. Con una ratio de más de 1.000 infectados por 100.000 habitantes, el Principado de Andorra es una “bomba de covid-19” y se ha convertido en el país europeo donde la pandemia impacta de manera más dura e intensa. Aun así, durante este pasado puente del Pilar, miles de turistas de los países vecinos visitaron Andorra, colapsando las carreteras y las calles del Principado, sin ser conscientes –por falta de información- de la gravedad de la situación sanitaria que hay en los valles de la Valira.
Buena prueba de la extensión de la pandemia en Andorra es que el mismo jefe de Gobierno, Xavier Espot (foto), está en cuarentena desde hace días por contacto con un contagiado. Quien ha sido infectado y aislado durante semanas ha sido el ministro de Salud, Joan Martínez Benazet y, en las últimas horas, también ha dado positivo de covid-19 el ministro de Finanzas y portavoz del Gobierno, Èric Jover. El ministro de Economía y Presidencia, Jordi Gallardo, también está confinado preventivamente por contacto con un familiar contagiado.
La afectación por la covid-19 del “núcleo duro” del gobierno añade más incertidumbre a la situación del país, que parece abocado a un nuevo confinamiento masivo de la población, ante la expansión vertiginosa del virus. Los confinamientos por contacto también afectan a otros cargos gubernamentales, como el secretario de Asuntos Financieros Internacionales, Marc Ballestà; el de Infraestructuras, Cèsar Marquina; la secretaria de Estado de Función Pública, Lara Vilamala; el jefe de gabinete del Gobierno, Guillem Casal, etc.
