La Assemblea Nacional Catalana (ANC) podría, por fin, empezar a asumir alguno de sus notables y sonoros fracasos. Después de años de estrategias erróneas, de declaraciones incordiando independentistas y de iniciativas que han provocado centenares de peticiones de bajas de la militancia, su presidenta, Elisenda Paluzie, aseguró recientemente que la entidad no volverá a impulsar candidaturas electorales en ninguna convocatoria de comicios.
Esto, a la práctica, supone asumir que, cuando en las pasadas municipales se decidió a apoyar a las candidaturas de Primarias, la cosa acabó siendo más un error que un acierto. Y es que la Assemblea impulsó esta iniciativa y puso decenas de miles de euros –más de 150.000 según algunas fuentes críticas de dentro de la entidad–, con un resultado pobre, muy pocos regidores electos, un fracaso absoluto en Barcelona, con Jordi Graupera, y provocando la división entre los votantes independentistas con una cuarta lista municipal. A pesar de esto, pero, nunca ningún dirigente ha asumido hasta ahora que fue un gran error. Quizás es el inicio de la autocrítica a la Assemblea.
