A raíz del caso Messi, la nueva ofensiva para pedir la inmediata dimisión de Josep Maria Bartomeu es una cuestión que lleva a preguntarse por qué razón Víctor Font, el precandidato que desde hace días se desgañita pidiendo la dimisión del presidente con carácter de urgencia, se ha obsesionado con esta cuestión si, igualmente, el club quedaría ahora en manosde una Comisión Gestora con poderes limitados para fichar y traspasar dejando sin efecto la planificación deportiva de Ronald Koeman de cara a la pretemporada que arranca este domingo y a las competiciones oficiales.
Según expertos y fuentes próximas a la gran maniobra política alrededor de las elecciones al Parlameno, previstas para este otoño, las fuerzas independentistas sociales como la ANC y Òmnium Cultural han calculado que si fuera posible hacer coincidir en el tiempo esta convocatoria con las elecciones a la presidencia del FC Barcelona, el pretendido control de la primera institución privada de Catalunya, objeto de deseo del sobiranismo y el catalanismo desde los tiempos de Jordi Pujol, sería más factible. La activación del independentismo, también en clave azulgrana, alrededor de la figura de Víctor Font o de Joan Laporta, en ambos casos apadrinada por la figura clave de Jaume Roures, podría propiciar según estos planes que por primera vez los socios del Barça valoraran la necesidad de votar a un presidente permeable a involucrar el club barcelonista y su gestión a favor de los intereses de determinadas políticas.
Víctor Font podría beneficiarse de esta macro-campaña y sacar provecho coyuntural de la gran movida independentista que viene, motivo por el cual en su guión de hoy sólo figura abatir a Bartomeu sin que los verdaderos intereses del Barça le preocupen demasiado. Se confirmarían de este modo las informaciones que apuntan a la dependencia de Víctor Font de según qué poderes fácticos, especialmente de Jaume Roures y esas estrategias electorales que arrastrarían al Barça al ácido estómago de la política y del procés.
La oportunidad de utilizar a Messi y su plan de fuga contra Bartomeu por parte de los que proyectan un asalto al palco de Camp Nou desde la política seguramente es ajena a los propósitos y el enojo de Leo por haber perdido la Champions y por haber llegado a un techo de su carrera en que cada día le cuesta más mantenerse.
