750.000 millones. ¿Serán suficientes?

750.000 millones de euros es la cifra que destinará la UE a paliar los estragos causados por el Coronavirus y para relanzar la economía europea. 390.000 mil millones irán destinados a subvencionar a los países más perjudicados por el Coronavirus y el resto a distribuir como préstamo a devolver en 30 años. Italia y España serán los más beneficiados. España recibirá en el periodo 2021-2024, unos 140.000 millones, de los que no tendrá que devolver casi la mitad.

No ha sido fácil poner de acuerdo a los 27 países miembros y en especial a los llamados países frugales, Holanda, Austria, Dinamarca y Suecia que se oponían rotundamente. Reprochaban a los países del sur de Europa, España, Italia, Portugal y Grecia, que no habían hecho los deberes para garantizar que su economía no necesitara periódicamente ayudas externas. Tenían la impresión que nuevamente era tirar el dinero a un pozo sin fondo. En el caso de España, le reprochaban que en el pasado, en vez de hacer reformas para reducir el déficit público, se invirtiera en construir una de las redes de trenes de alta velocidad más importante de Europa, redes de autopistas superfluas, aeropuertos sin aviones, o, muchas obras públicas destinadas al lucimiento personal de los políticos.

La segunda razón para oponerse era que estos 750.000 millones se financiarían con el endeudamiento de la UE, endeudamiento que estaría avalado por todos los países, y por lo tanto, en caso de algún impago, se tendrían que hacer cargo de su parte correspondiente.

Esta vez la respuesta de la Comisión Europea a la crisis ha sido rápida y no tiene nada que ver con la que se dio a la crisis financiera iniciada en 2008. En aquel momento era presidente de la CE Jean Claude Juncker del Partido Popular Europeo, con una ideología muy liberal, conservadora y visión a corto plazo. Impuso austeridad y exigió recortes de los servicios públicos, lo que llevó a la parálisis de la economía, a una dura crisis social y un nivel de paro insoportable..

Actualmente la presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, también del Partido Popular Europeo, tiene sensibilidad social y una visión a largo plazo de la estrategia que tiene que seguir la UE. Para enderezar la economía y aliviar la crisis social, hay que reconvertir el sistema productivo actual invirtiendo en proyectos que den respuesta a los retos de futuro, como el calentamiento del planeta, la transición energética, la digitalización de la sociedad, o el automóvil eléctrico entre otros. Esto no excluye, que los países con déficit significativo tendrán que subir los impuestos y hacer reformas fiscales, laborales o de pensiones, y reforzar sectores clave como la educación, la sanidad y la investigación. Todos son sectores que crean riqueza, ocupación y mejoran la calidad de vida.

Ursula von der Leyen quiere recuperar el dinamismo económico que Europa había tenido. Pero tenemos que preguntarnos si los 750.000 millones para el periodo 2021- 2024 serán suficientes para vencer los retos de la envergadura que la UE tiene planteados. Si la UE quiere tener un lugar en el mundo globalizado, en el que habrá dos grandes superpotencias, los esfuerzos a hacer tendrán que ser muy ambiciosos, empezando por consensuar y avanzar en la unión europea, que significa que sus miembros le cedan soberanía para dotarla de una mayor capacidad de decisión. Es el reto más difícil.

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