El PDeCat vive momentos de tensión extrema. La hasta ahora vicepresidenta del partido, la diputada en el Congreso Míriam Nogueras, ha anunciado que renuncia a su cargo en la dirección de la organización, a pesar de que, de momento, se mantiene como afiliada. Lo ha hecho después de que, ayer, el Consejo Nacional del PDeCat aprobase la continuidad del partido y no apostara por diluirlo dentro de JxCat, recién creado en torno Carles Puigdemont.
Nogueras es partidaria de que el partido heredero de CDC se integre dentro de JxCat y se presente bajo esta marca en las próximas elecciones al Parlament de Catalunya. La portavoz del gobierno de la Generalitat, Meritxell Budó, también del PDeCat, ha afirmado, en declaraciones a RAC1 que la decisión de Nogueras responde a que "la dirección del partido ha tomado un rumbo que no comparte la mayoría de asociados". Todo apunta a que Nogueras pasará a incorporarse a la dirección de JxCat en los próximos días y no se descartan nuevas dimisiones en la del partido que preside David Bonvehí.
El PDeCat tiene que afrontar, además, la crisis que supone que el juez José de Mata lo considere heredero de CDC en el auto en que acusa al partido creado por Jordi Pujol de ser una "organización criminal".
