De homenots y collonades

Desde el Twitter se dice que el Twitter es como la barra de un bar a altas horas de la madrugada. Gabriel Rufián, hambriento tuitero, acepta y dobla la apuesta: "Twitter es la escupidera de la barra de un bar". Cada vez estoy más de acuerdo. En este miniblogging no se hacen rehenes. De cualquier tema pronto se crean bloques: el amigo y el enemigo, y la guerra es a machete. No hay posición media, o blanco o negro. Los de los grises, como canta Joaquín Sabina, nos encontramos "extraños como un pato en el Manzanares". Sigmund Freud habría alucinado con la bilis de Twitter. Y Twitter no deja de ser una caricatura, exagerada si se quiere, de la realidad.

Circula por las redes el fragmento de una antiquísima entrevista al escritor Josep Pla, donde se le pide una valoración después de la primera victoria electoral de Jordi Pujol, en marzo de 1980: "Oh, es natural, hay una gran reacción anti-izquierdista en Cataluña debido al paro… Y la gente quiere vivir ". El periodista quiere saber si el ampurdanés cree que Pujol puede arreglar Cataluña: "Yo creo que sí. Pero, se necesita autoridad, ¿eh?… La democracia sólo es en los países obedientes, es en Inglaterra, es el norte de Europa, es en Alemania, todo el mundo obedece … Aquí, es al revés, es todo anarquía ". El periodista insiste en el grado de satisfacción de Pla por el resultado electoral y este le interrumpe: "Seguro, ¡hombre! Seguro. Yo creo que el socialismo es la miseria y el comunismo es la muerte. Yo he estado en Rusia muchas veces y esto lo sé perfectamente. Cuidado, ¿eh? Poca broma con esto". Finalmente, el periodista le inquiere sobre los aspectos que debería trabajar el nuevo gobierno: "Exactamente debe apoyar la burguesía y que la gente trabaje…". Amén… Inmediatamente, el bar de Twitter enloquece y sus bebedores toman posiciones a favor y en contra de Plan hasta que a altas horas de la madrugada, y no tan altas, ya se cuestiona su valía como escritor. "Collonades", que diría él.

Pla era un soberbio y el fragmento condensa muy bien una ideología anti-izquierdista visceral que el hombre no escondía. El ‘homenot’ habría sido un tuitero feroz. Su argumentario es censurable cien por cien. Pero eso no quita un ápice a su calidad escritora. No me gusta el pensamiento de Pla, pero esto no desacredita su narrativa. La red pronto cita Manuel de Pedrolo, antítesis al pensamiento planiano, y se crea una falsa dicotomía. Plan y Pedrolo, Pedrolo y Pla, pensamientos al margen, son dos de los mejores escritores que ha tenido la lengua catalana, y me gusta releerlos piensen como piensen, esté más cerca o lejos de sus pensamientos.

Con los contemporáneos pasa lo mismo. Javier Cercas es un buen escritor, piense como piense y aunque haga comparativas más o menos afortunadas sobre la crisis del coronavirus y la del otoño de 2017. Y Jaume Cabré merece el Nobel de literatura, sea poco o muy independentista, porque es un escritorazo. Dicho de otro modo, cuando busco un cirujano para que me opere, busco el mejor, al margen de que sea culé o merengue.

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