El presidente de la Generalitat, Quim Torra, anunció hace meses que fijaría una fecha para las elecciones después de la aprobación de los presupuestos. Ya entonces era público y notorio que los dos socios del 'Govern', JxCat y ERC, no se soportaban. Pero la actitud de los republicanos y del presidente del Parlament, el republicano Roger Torrent, ante la instrucción de la Junta Electoral para desposeer a Torra de su escaño hizo estallar al president.
Después, la pandemia del coronavirus llegó y se lo comió todo, aplazando incluso el anuncio de las elecciones. Hoy por hoy, el gobierno catalán asegura que está centrado en combatir los efectos de la crisis de la Covid-19, pero vuelve a ser evidente para todo el mundo que los dos socios no se soportan. Así, lo que parece que falta es un nuevo detonante que haga enfadar tanto a Torra como JxCat y que haga estallar de nuevo la ira en forma de elecciones. En este sentido, el suplicatori que el Congreso de los Diputados tiene que votar de aquí a un par de semanas para permitir que el Tribunal Supremo juzgue a la diputada de JxCat, Laura Borràs, se perfila como este posible detonante si ERC no se alinea con JxCat y vota a favor o se abstiene.