Ratas y conejos invaden Barcelona durante la pandemia del coronavirus

A raíz del confinamiento se pueden ver y oir pájaros que hacía años que no estaban en la ciudad
Ratas en Barcelona

La parada en seco del frenético ritmo de vida debido al confinamiento por el estado de alarma a raíz del coronavirus ha hecho que la naturaleza vuelva a brotar en entornos urbanos. Todo el mundo ha quedado boquiabierto al ver nutrias en el Besòs y los payeses ven cómo ha aumentado la cantidad de serpientes y reptiles, que "todo y su mala fama nos van muy bien porqué se comen los roedores del campo", nos informan desde el Parque Agrario del Llobregat.

Los forofos de los pájaros, por ejemplo, se quedan boquiabiertos de ver la diversidad de aves que es posible ver estos días en Barcelona tal y como afirma Jaume Albaigès, ornitólogo aficionado: "En la ciudad hay menos movimiento de gente en la calle, contaminación y ruido y esto ha hecho que se puedan ver muchas más aves de las que había antes".

Este ornitólogo comenta cómo es posible ver en el Parque de l'Estació del Nord patos de cuello verde o esplugabous, "y esto que en el parque no hay ningún lugar de agua, sólo los charcos que se han formado con las lluvias. Son pájaros que acostumbran a estar en el Delta del Llobregat, pero no adentro de Barcelona".

La poca presencia de gente en los parques ha hecho que muchas especies de aves que normalmente no entrarían en la ciudad de Barcelona durante la migración, hagan pequeñas escalas. Según Albaigès, "es impresionante ver en los parques ejemplares de tarabilla norteña, papamoscas o colirrojo real, que son pájaros que van hacia África pero nunca habían parado en Barcelona".

Pero los pájaros no son los únicos animales que ha invadido la ciudad. Roberto Gómez, de la empresa de control de plagas, BCN Plagues, comenta que los ciudadanos empiezan a reportar cada vez con más frecuencia la presencia de ratas, puesto que "cómo que no hay gente en la calle las ratas se sienten más seguras para salir a buscar alimento y también tenemos que tener en cuenta que Parques y Jardines está funcionando a medias lo que hace que parterres y vegetación estén muy descuidados y es perfecto para que las ratas puedan hacer madrigueras".

Ratas y también conejos, porque la población de estos roedores que han hecho de los parterres de la Ronda de Dalt, la Diagonal y el Parque de Cervantes su hábitat natural también han aumentado considerablemente, como explica Jordi López, corredor habitual por esta zona: "A primera hora de la mañana se ven muchos conejos que sobre todo se alimentan de hinojo salvaje y otras hierbas".

El hecho de que las brigadas de limpieza se han reducido a más de la mitad propicia que haya una vegetación más salvaje y descontrolada que tiene, pero, una parte buena, según explica Jaume Albaigès: "Es muy beneficioso que haya vegetación no habitual porque favorece que haya más insectos y más polinización".

El confinamiento ha parado el ritmo de la ciudad y ha permitido a la naturaleza volver a su lugar, y cómo explica Albaigès quizás es el momento de hacer un paso atrás, "la naturaleza nos está recordando que tendríamos que dejar que se manifieste de manera libre y no como un tapiz japonés donde todo sea perfecto".

 

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