El ministro de Sanidad español, el socialista catalán Salvador Illa, mantiene una privilegiada y estrecha relación con la cúpula de la iglesia católica.
Resulta que el cardenal y arzobispo de Barcelona, Joan Josep Omella, también presidente de la Conferencia Episcopal Española y persona de confianza del papa Francisco, tiene una relación fluida con Illa, católico practicante.
Desde que tomó posesión de la sede barcelonesa, Omella (nacido y criado a la franja sur de Aragón) ha mantenido relaciones estrechas con el poder político. Sólo hay que recordar que el 20 de septiembre de 2017, mientras la Guardia Civil registraba la sede del Departamento de Economía, Oriol Junqueras (también católico practicante) se encontraba en la sede del Obispado hablando con el prelado.
El cardenal también intentó hacer de mediador entre Carles Puigdemont y Mariano Rajoy el otoño de 2017, pero su intento no fructificó.
Omella mantiene un contacto discreto pero estrecho con todas las fuerzas políticas. Illa es su interlocutor del PSC en esos contactos. Ahora, sin embargo, Illa trabaja desde el complejo de La Moncloa, donde se ha instalado, y no tiene demasiado tiempo para hablar con el cardenal-arzobispo, quien mantiene un talante diferente al de sus predecesores, sobre todo en la interlocución con el poder político.
