El asedio se va estrechando a medida que avanza la investigación de PWC sobre el 'Barçagate' alrededor de las personas responsables de la circulación de las facturas giradas por I3Venturas por casi un millón de euros. Las acusaciones cada vez menos sólidas e imprecisas de la exvicepresident del FC Barcelona, Emili Rousaud, están desviando la atención sobre los que, realmente, validaron las facturas.
Emili Rousaud ha insistido que no pasaron por el comité de asignación donde él estaba porque no superaban los 200.000 euros. Sin embargo, el control sobre las facturas de importe inferior recae en una serie de cargos y de una estructura bajo la supervisión de Manuel Mangado, el responsable de la auditoría interna del FC Barcelona.
Mangado, que se incorporó al club para reforzar el área de la gestión económica, ha ido escalando posiciones hasta ensartarse en lo alto de organigrama, protegido en su momento por algunos de los pesos pesants del ejecutivo, especialmente por Pancho Schröder, jefe del área de finanzas y relaciones estratégicas. Este 'mago de los números' como lo califican sus admiradores no está tan bien considerado por otros gestores del club que ponen en entredicho bastantes de sus habilidades para hacer encajar las cuentas.
Manuel Mangado, ahora en el centro de la investigación por las fisuras por las cuales aparentemente se han colado al menos seis de las facturas del entramado armado alrededor de las actividades de I3Venturas, es quienes tiene que saber como y por dónde han circulado a través de los diferentes departamentos: Barça Innovation Hub, La Masía, Activos Digitales, Patrocinios y Medios de comunicación. Lo que está claro es que las facturas fueron visadas y pagadas porque alguien en persona las autorizó o bien el sistema de control interno fue burlado sin detectar la maniobra.
