El consejero de Interior, Miquel Buch, ha llevado a la comparecencia del gobierno catalán de este lunes la indignación expresada por algunos independentistas, entre ellos altos cargos de la Generalitat, por el hecho de que el gobierno español haya enviado a Cataluña 1.714.000 mascarillas, una cifra que asocian con el año 1714, cuando finalizó el asedio de Barcelona en el marco de la Guerra de Sucesión, fecha clave en las reivindicaciones del independentismo catalán.
Buch ha dicho que se trata de una cifra "simbólica y nefasta para Cataluña" y de una fecha "devastadora", y ha adelantado que si a alguien del gobierno de España "se le ocurre" que un futuro envío "tenga que ver" con el año 1939 -el año de la victoria del bando franquista en la Guerra Civil española- "no se lo permitiremos". "Quiero enviar un mensaje al gobierno de España: así tampoco", ha manfestado, además de indicar que "con la historia de los catalanes no se juega. Es nuestra historia. No jueguen".
Al titular de Interior le ha preguntado un periodista si cree realmente que hay voluntad política detrás de esta cifra y también qué hará para impedir la llegada de un envío de mascarillas cuya cifra se pueda asociar al año 1939, pero Buch no ha aclarado la segunda cuestión.
En cambio, ha respondido que "uno en política sabe que las casualidades no existen", que 1714 es una cifra de 1714 con "mucho significado" y que la pandemia del coronavirus ha afectado a muchas personas en Cataluña, "personas de las que no nos hemos podido despedir", por lo que la citada cifra ha indicado que "es un dato que nos afecta mucho".
Asimismo, ha indicado que si la siguiente cifra es 1939, "entenderemos que ya se busca algo más" y que "no lo podemos admitir como país", además de interpelar al periodista -el director de E-Notícies, Xavier Ríes-, diciéndole que "usted tendría que ser el primero, como catalán, en no admitir que se rieran en su cara de nuestra historia".
Este domingo ya habían expresado su malestar con la cifra el consejero de Políticas Digitales y Administración Pública, Jordi Puigneró, y el director de comunicación del gobierno, Jaume Clotet, quien había rechazado, como Buch, que la cifra de 1.714.000 fuera una casualidad.
