El eurodiputado y expresidente catalán Carles Puigdemont ha aprovechado la celebración de un Consejo Europeo por videoconferencia, una medida adoptada contra la expansión del coronavirus, para reivindicar el intento de su partido, Junts per Catalunya, de investirlo presidente en 2018 a distancia, una idea que topó con la negativa del presidente del Parlamento, Roger Torrent, de los letrados de la cámara y del Consejo de Garantías Estatutarias, después del pronunciamiento contrario del Tribunal Constitucional.
En Twitter, Puigdemont ha manifestado que "algunos descubrirán las virtudes de las videoconferencias y la tecnología al servicio de la democracia" y que espera que "esta tendencia no decaiga cuando pase la alerta por el virus". Ha recordado que "hace cuatro días, a algunos nos han ridiculizado e incluso nos han prohibido el recurso de la tecnología para poder hacer política: sesiones de investidura y reuniones oficiales del consejo ejecutivo", además de añadir que los que "se reían, hablaban de matrix, de burbujas y repúblicas virtuales" lo hacían "para ridiculizar la apuesta por mejorar la democracia con la tecnología".
Además de defender que las reuniones a distancia ahorran "tiempo, dinero y emisiones de CO2" y que, según él, abren "la puerta a una nueva manera de entender la gobernanza y la democracia representativa", Puigdemont ha matizado en un tuit posterior en inglés que "hay algunos límites y riesgos. Nada mejor que el contacto humano. Pero el contacto humano más apreciado (no sugiero que sea el único) es, ciertamente, con tus seres queridos, tus amigos, tus vecinos".
Por su parte, el consejero de Políticas Digitales y Administración Pública, Jordi Puigneró, en la misma línea, ha piado este miércoles que es "un buen momento para recordar cuando ahora hace 2 años el Estado español impidió la investidura telemática de Carles Puigdemont con el argumento de que no se podía gobernar Cataluña por WhatsApp".
