¿Qué “estructura de Estado” de los independentistas no acaba de funcionar?

Carles Sastre

El proyecto independentista tiene un objetivo largamente acariciado: tener un sindicato nacional potente, como puede ser ELA en el País Vasco. La Intersindical-CSC es la apuesta del sobiranismo en el mundo laboral, a pesar de que ERC hizo, hace años, una opción estratégica para introducirse en la UGT.

Con el procesismo, el “somatén” mediático adicto a la causa independentista ha hinchado la Intersindical-CSC, intentando por todos los medios que ganara terreno ante los sindicatos considerados “españolistas” o “coloniales”, como Comisiones Obreras (CC.OO.) o la propia UGT. Pero esta “estructura de Estado” sindical, todo y el gran apoyo mediático y político que ha recibido, no acaba de funcionar.

Este pasado año 2019 se hicieron elecciones sindicales en la gran mayoría de centros de trabajo de Cataluña y los resultados obtenidos por la Intersindical-CSC son más bien discretos. De los más de 50.000 delegados sindicales que se han elegido, el sindicado independentista ha obtenido 803 (el equivalente al 1,5%). En el sector donde es más fuerte, el de la administración pública y la enseñanza, el porcentaje de representatividad logrado es de un 10%.

En el cómputo global de delegados sindicales, CC.OO. es la fuerza más representativa en Cataluña (41% de los delegados), seguida muy de cerca por la UGT (37,9%). Por delante de la Intersindical-CSC están también la USOC y la CGT. El sindicato anarquista dobla la representación del independentista.

La cúpula de la Intersindical-CSC está dirigida por Carles Sastre, el ex militante de Terra Lliure condenado por el asesinato del empresario Josep Maria Bultó. Como portavoz y vicesecretario general figura Sergi Perelló.

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