El PDECat acepta integrarse bajo la marca de Junts per Catalunya, pero en ningún caso desaparecer. El Consejo Nacional ha aprobado la propuesta de la dirección este sábado. No ha sido fácil, hay críticos que dudan de cómo se tiene que hacer esta transición.
Algunos preferían pasar directamente, sin más matices, bajo la marca de Carles Puigdemont con la disolución del PDECat. Una propuesta nacida de los debates internos territoriales y que dejaría todo el poder a Puigdemont, los independientes de JxCat encabezados por Laura Borràs y la Crida.
Aún así, este viernes la dirección del PDECat ya descartó disolverse como partido y avisó que JxCat no es posible sin el Partido Demócrata, heredero de la extinguida Convergència.
Los seguidores de Puigdemont han criticado la dirección y han reclamado una gestora que lleve al PDECat a su disolución, pero no ha fructificado. Las posiciones llevan encalladas desde hace meses después de un congreso convulso el verano de 2018 y el espacio busca reordenarse con una hipotética convocatoria de elecciones catalanas al horizonte.
