Carles Puigdemont, el anterior presidente de la Generalitat, señala en un artículo que ha publicado en The New York Times que España es un referente autoritario para China y Turquía. Según él, estos dos países emulan la línea de España, que el dirigente nacionalista tilde de "autoritaria" y de "antidemocrática", cuando reprimen los manifestantes en Hong Kong y apartan a curdos electos de cargos públicos, respectivamente.
En este artículo, titulado "Las fronteras anticuadas están estrangulando la democracia liberal", el líder de JxCat aboga por redefinir las fronteras porque las hay que no son "justas ni democráticas", ya que no resultan de un "proceso inclusivo", sino de "guerras, colonialismo, tratados y matrimonios reales".
Puigdemont acusa a España y sus políticos de poner la unidad por encima de la democracia y los derechos humanos, y de actuar según un "modelo antidemocrático" que considera que establece "un precedente que causará problemas territoriales en todo el mundo", y que valida "la violencia institucional contra las minorías".
Asimismo, describe el 1-O como "un recordatorio crítico" de "la soberanía de los Estados más pequeños y de las regiones autónomas", e indica que la democracia y la descentralización tienen que permitir a las poblaciones que etiqueta de "marginadas" tumbar las fronteras "que la historia los ha impuesto".
La UE y Canadá
El expresidente catalán ha recuperado la comparación de Cataluña y sus 7,5 millones de habitantes con Dinamarca, "un país pequeño" con 7,7 millones de habitantes. Sostiene que Cataluña sería mejor como estado independiente "bajo el paraguas de la Unión Europea", que hace dos años describía como "un club de países decadentes".
Esta misma semana, eso sí, la nueva Comisión Europea, el ejecutivo de la Unión, ha comunicado que mantiene la postura del anterior sobre el independentismo catalán: lo considera un asunto interno de España.
Puigdemont también se refiere al caso de Quebec y elogia a Canadá como un ejemplo por los referéndums sobre la secesión quebequesa. Recientemente, Puigdemont había cargado contra el gobierno canadiense porque le denegó la autorización para entrar en el país norteamericano.
