El derecho a decidir «lo que yo te diga» o «el silencio de los corderos»

La pregunta del referéndum del 1 de octubre de 2017 en Catalunya presentaba una redacción viciada, que inducía a responder . "¿Quiere usted, que Catalunya sea un estado independiente…?". El verbo "querer", en presente de indicativo, ofrece una sugerencia implícita afirmativa (). Se desprovee a la pregunta de su neutralidad. Los resultados "beneficiarán" a la posición pretendida por el redactor.

Después de años de explicar en la universidad el riesgo de sesgar preguntas, dirigiendo la respuesta, se lo advertí a los responsables. La asociación profesional, "no se quiere meter en política", Comunicación de la Generalitat dice que no era de su competencia

Ejemplo de redacción neutra no sesgada: "¿Podría indicar qué le parecería la posibilidad de que Catalunya…?

Pregunta siempre en tiempo potencial, nunca en imperativo y con alternativas, pues la dicotómica simple, o no, limita y empobrece la capacidad de decisión. Ejemplo de alternativas

· "se mantuviera en la situación autonómica actual"

· "adquiriera una independencia plena como nuevo Estado nación"

· "permaneciera con más ventajas dentro del Estado español"

¡Una campaña que no contempla el no!

El referéndum defiende todas las opciones. En este, sólo se defiende el sí. Del no, no se habla. El gobierno apoya descaradamente a una opción, poniendo al servicio del sí los medios de comunicación públicos, prensa, radio y televisión, con el dinero de todos. Este no es un referéndum neutral, ni equidistante. Al contrario, han decidido jugar sucio y malversar fondos. En realidad se trata del "derecho a decidir lo que yo te diga".

El día del voto, padres de familia y abuelos, permanecen toda la noche, en las escuelas, transformadas en colegios electorales. El día anterior, "casualmente", había actividades. La utilización de niños, con el fin de estar presentes los adultos al día siguiente, por el temor de que la votación se pudiera impedir, es un hecho objetivo muy imprudente.

Las fuerzas del Estado cometen el peor error, al impedir lo que tendría que haber sido una "botifarrada" más, dejando que transcurriera la farsa en paz. Aquel día, a pesar de los choques que se producen, en ningún hospital llegan los "centenares" de heridos que los organizadores tratan de hacernos creer que existieron.

Las cargas policiales dan, sin embargo, "legitimidad popular" al referéndum. La "represión del Estado" se toma como justificación para validar, "la heroica" acción de los votantes, dando pie a una reivindicación feroz al transformar algunas contusiones derivadas de la ocupación de los colegios en una "brutal" represión del Estado, inexistente Nada mejor que éso para los organizadores

Un resultado propio de regímenes dictatoriales.

En el referéndum vota un 43% del censo. De los 2.300.000 votantes el 90% vota (1.800.000),mientras que un 10% (177.000) opta por el no .

En todos los referéndums de regímenes dictatoriales (Guinea, Putin, Fidel, o ley de las Cortes Generales de Franco) se logran registros favorables del 90% o superiores, lo que indica que la oposición no existe, bien porque está encarcelada, o como en el caso que nos ocupa, porque se quedó en casa (57%). Este 10% de no suele ser precisamente la parte que al régimen dictatorial le permite decir que han sido unas elecciones "democráticas" porque existe oposición.

El resultado se toma como un mandato "sagrado" del pueblo hacia la independencia. La justificación para el golpe de estado está lograda. El colectivo que no ha votado (57% de la población), permanece callado y asustado en casa. Parece "El silencio de los corderos". Hay, pues, una mayoría del catalanes no hipnotizados.

Nueve indicadores de manipulación:1.Pregunta sesgada, 2. Publicidad unilateral, 3. Uso parcial de los medios públicos, 4. Malversación de dinero público, 5. Utilización de menores, 6. Censo irregular (ninguna tarjeta censal; se llega a votar más de una vez), 7.Centenares de heridos inexistentes, 8.Resultado propio de regímenes totalitarios, 9.Se presenta como un mandato de todo el pueblo catalán.

La independencia se declara 26 días más tarde, para retirarla 8 minutos después. Del entusiasmo se pasa a la incredulidad y a la decepción. El sentimiento de engaño no arraiga, puesto que la entrada en prisión de los frustrados golpistas es un magnífico aliciente para mantener la idea del Estado represivo.

 

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