El servicio de Cooperación Internacional del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) pone en marcha el segundo ciclo del programa Tenemos derechos, tejemos libertades: Los Derechos Humanos desde el mundo local. Este segundo ciclo está destinado a trabajar los derechos ambientales con una mirada local-global, puesto que se considera que "son una temática de interés actual que está directamente vinculada con el reto del cambio climático, que responde a uno de los temas más candentes actualmente al cual tenemos que hacer frente con acciones globales y locales", afirma Maria Peix, jefa del servicio de Cooperación de la AMB. "El cambio climático es un reto de sostenibilidad ambiental, pero también social y económico, que afecta la garantía de los derechos humanos y el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible", añade.
El primer ciclo del programa se centró en el derecho de las personas refugiadas en la Mediterránea, así como en los derechos ambientales y el derecho al agua. Se hizo entre los años 2016 y 2019, participaron 78 colectivos y alrededor de mil personas en cada edición, y se llevaron a cabo 168 acciones. En total se involucraron 11 municipios.
En el segundo ciclo participarán los municipios de Begues, Corbera de Llobregat, Montcada i Reixac, la Palma de Cervelló, Sant Adrià de Besòs, Sant Climent de Llobregat, Sant Vicenç dels Horts, Santa Coloma de Cervelló y Torrelles de Llobregat. El acto inaugural se hará el sábado 30 de noviembre al mediodía en la plaza de la Iglesia de Begues.
El primer curso estará centrado en el análisis y las soluciones de los problemas de contaminación causados por los plásticos. La selección de esta problemática se ha hecho teniendo en cuenta que en los últimos 10 años se ha producido más plástico que a lo largo de todo el siglo XX, y podemos encontrarlo en casi todos los productos que utilizamos provenientes de la industria textil, la alimentaria, los productos de limpieza, los fertilizantes de la agricultura, la ganadería, los carburantes…
Desde el AMB se recuerda que "no sólo estamos en contacto con los plásticos en el momento que hacemos uso de bolsas, botellas de plástico, tela sintética u otros productos manufacturados con este producto, sino que estos plásticos continúan su proceso de descomposición a través de las aguas, el suelo terrestre (y, por lo tanto, las aguas subterráneas) y el aire con que cultivaremos los alimentos, respiraremos, etc.", explica la jefa del servicio de Cooperación.
