El candidato del PSOE, Pedro Sánchez, ha prometido volver a penalizar los referéndums como ya hizo el expresidente del PP José María Aznar. Esta es una de las medidas que ha lanzado Sánchez en el debate de los cinco candidatos españoles a las elecciones del 10-N. A la vez, también ha recetado una asignatura en todo el Estado sobre "valores constitucionales" y que los órganos directivos de la televisión y la radio pública de Cataluña se escojan por dos terceras partes del Parlamento.
Por su parte, Pablo Iglesias (Unidas Podemos) ha centrado el debate sobre la cohesión social más allá de Cataluña con un tema muy actual cómo es el España rural y considera una falta de respecto a muchos ciudadanos centrarse sólo en este territorio. "Ustedes han etado compitiendo a ver quién tiene la medida más dura", critica el líder morado sobre la situación política catalana, a la vez que pone de relieve el carácter plurinacional de España y ha indicado, una vez más, que la solución es el diálogo político.
"Me dirijo a los catalanes para decirles que no están solos. El PP, que lleva 40 años sirviendo en Cataluña, sabe como recuperar la pluralidad", ha dicho Pablo Casado, candidato del Partido Popular, poco antes de reivindicar que son garantes de la recuperación económica de una tierra que sufre por "un independentismo que lo ha arruinado todo".
El candidato de Ciutadans a la presidencia del gobierno español, Albert Rivera, ha enseñado un roca en medio del debate, afirmando que era "unq de las que lanzaban en la plaza Urquinaona" durante los disturbios por la sentencia del 1-O y ha responsabilizado a Sánchez.
Santiago Abascal (Vox) reitera su discurso sobre Cataluña: "Se ha producido un golpe de estado permanente iniciado por Jordi Pujol y seguido por Artur Mas y Carles Puigdemont". Abascal considera que la aplicación del artículo 155 en el 2017 fue totalmente descafeinada y sirvió únicamente para convocar elecciones.
