Toni Comín, el ex-consejero de Salud. Lo hizo a las 15 :34 horas pero, como es de suponer, sólo acepta en su perfil a las personas de quienes se fía. Los dirigentes del proceso tenían instrucciones estrictas de no comunicarse a través de Telegram, puesto que los expertos en seguridad que les asesoran consideraban que era una aplicación fácil de 'hackear'. Todos se comunicaban a través de otra aplicación: Signal.
Un intercambio de mensajes por Signal entre Comín y el ex-presidente Carles Puigdemont fue filmado por un cámara de Telecinco y su difusión provocó un fuerte escándalo político. Durante un acto en Lovaina al que no asistió Puigdemont, el ex-presidente envió mensajes a Comín a través de Signal donde decía, por ejemplo, "No sé lo que me queda de vida (¡espero que mucha!), pero la dedicaré a poner en orden estos dos años y a proteger mi reputación. Me han hecho mucho daño con calumnias, rumores, mentiras que he aguantado con un objetivo común. Esto ahora ha caducado y me tocará dedicar mi vida a la defensa propia". En otro tecleó: "Supongo que tienes claro que esto ha acabado. Los nuestros nos han sacrificado. Al menos a mí. Vosotros seréis consejeros (espero y deseo), pero yo ya estoy sacrificado tal y como sugería Tardà".
La filtración no fue culpa de la seguridad del sistema Signal sino de la imprudencia de Comín. El miedo a Telegram, sin embargo, parece que ya ha sido superado por los dirigentes procesistas. El 2 de agosto también se ha dado de alta en esta red Ernest Maragall.
