La sentencia dejaba claro que el 30 de junio de 2019 la empresa Iberpotash ya no debería verter residuos salinos en el Cogulló, pero lo cierto es que ya hace días que no lo hace. Incluso, hoy sábado, se ha convocado un acto público para escenificar la finalización de los vertidos.
Cuando se conoció la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, la empresa pidió una prórroga de un año, que acaba este domingo.
Aunque no se aboque, la mina de potasa de Sallent continuará trabajando durante los próximos dos años, con un descenso gradual de la actividad, hasta desaparecer cuando el segundo semestre de este año esté acabada la rampa que se está construyendo en la mina de potasa de Cabanasses, en Súria.
Ahora empezará la tarea de la restauración de una montaña de residuos que siempre ha sido polémica. Actualmente, las runas salinas de Sallent tiene 48 millones de toneladas de sal. En los últimos dos años de prórroga, según datos de Iberpotash, se ha vertido 1,5 millones de toneladas y, para volver a los parámetros del 2008, que es lo que ordena la sentencia, habría que retirar entre 13 y 14 millones de toneladas, según cálculos del Gobierno.
ICL Iberia (Iberpotash) se compromete a retirar todas las runas del Cogulló, es decir, los 48 millones de toneladas de sal en los próximos 50 años.
El acto de cierre del depósito Salino contará con la presencia, en otros, del secretario general de CCOO, Javier Pacheco.
