La irrelevancia de Ciutadans

La ruptura Rivera-Valls es un toque de atención a la pérdida de 700.000 votos en un año y medio
Manuel Valls con Albert Rivera

Ciutadans vive momentos convulsos. El alma fundacional, socialdemócrata antinacionalista, está siendo superada por la liberal nacionalista española que cree que ha llegado el momento de suplantar el PP. Albert Rivera, que se presentaba como el aire fresco que renovaba la política, se comporta como un tradicional dirigente estalinista cortando las cabezas de los discrepantes. La última víctima, por ahora, ha sido el gran fichaje estrella del mismo Rivera, Manel Valls. La ruptura de las relaciones entre ambos fue a consecuencia del acto de la plaza Colón en Madrid. Valls, educado políticamente en Francia, siempre ha sido un opositor a la extrema derecha. Por eso, Francia ha tenido de presidentes Jacques Chirac o Georges Hollande en lugar de Jean-Marie Le Pen o Marine Le Pen. Los demócratas franceses votan unidos frente la extrema derecha.

Ciutadans recogió en Cataluña algo más de un millón de votos el 21 de diciembre de 2017 siendo el partido más votado, pero en ningún momento mostró su intención de buscar acuerdos para optar en la presidencia de la Generalitat. Un año y medio después, en las municipales, se ha quedado con 277.00 votos, una cifra similar a la de 2012 y ni un alcalde en Cataluña, origen del partido. Su crecimiento en España es paralelo a su pérdida de poder hacia la irrelevancia en Cataluña. Ahora, incluso, destacados fundadores de Cs y valedores de Rivera, como Francesc de Carreras le piden que abandone la estrategia de solo pactar con PP y Vox y busque pactos importantes y no anecdóticos con el PSOE, como abstenerse para permitir que Pedro Sánchez sea presidente del Gobierno español.

La última ha sido la ruptura anunciada en el Ayuntamiento de Barcelona con Manuel Valls, quién tenía que ser la gran esperanza. Ciutadans ya sabía el 27 de mayo (un día después de las elecciones) que no compartirían grupo municipal. Dirigentes de Cs hicieron llegar a los servicios jurídicos del Ayuntamiento de Barcelona la posibilidad de formar dos grupos, a pesar de haber ido en la misma lista electoral. Entonces, Valls todavía no había anunciado que daría tres votos a Ada Colau para frenar que Ernest Maragall fuera el alcalde de Barcelona. Valls hacía una operación similar a la francesa: votar al mal menor para evitar uno de mayor.

Ahora, Valls y Eva Parera (ex de Unió Democràtica) formarán un grupo de dos. En frente tendrán los tres regidores de Ciutadans, Luz Guilarte, Paco Sierra y Marilén Barceló y otro de los grandes fichajes de Valls, el exministro de José Luis Rodríguez Zapatero Celestino Corbacho, quien sí que votó a favor de Colau (los otros tres de Cs lo hicieron en blanco), y que habría pactado con la dirección de Cs de ir a la Diputación de Barcelona, ente del cual fue presidente entre 2004 y 2008.

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