Quim Torra ha hecho un balance muy positivo en la vertiente económica de su primer año como presidente del gobierno de la Generalitat y ha culpado al Estado, en concreto al "expolio fiscal", de que los hogares no noten una mejora económica.
También ha instado al presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, a dialogar, insistiendo en la figura del relator. Además, ha negado que se plantee convocar elecciones al Parlamento de Cataluña.
En cuanto al resultado de las elecciones municipales, Torra ha afirmado que existe una "operación de Estado" para evitar que Barcelona tenga un alcalde independentista, lo mismo que había dicho Elsa Artadi, la número dos postconvergente en la capital catalana y exportavoz y exconsejera del gobierno Torra.
Sobre la "operación de Estado" que denuncia, el presidente catalán se ha mostrado crítico con el ofrecimiento de Manuels Valls para vallar el paso a Ernest Maragall, exconsejero de Torra y alcaldable de ERC, que se impuso por un margen estrecho a la alcaldesa en funciones, Ada Colau, si bien el independentismo recibió un apoyo menor que las candidaturas no independentistas.
Torra ha instado a las fuerzas independentistas a construir tantos gobiernos partidarios de la secesión como sea posible, y ha añadido que espera que cuando se hayan cerrado las negociaciones de los gobiernos municipales se puedan aprobar los presupuestos de la Generalitat.
