La Galia socialista ibérica

Los cómics de Astèrix empiezan siempre con esta introducción: "Estamos en el año 50 antes de Jesucristo. Toda la Galia está ocupada por los romanos… ¿Toda? ¡No! Una aldea poblada por galos irreducibles resiste todavía y siempre el invasor". El mapa de la Unión Europea que han dibujado las elecciones del pasado 26 de mayo permitiría parafrasearla de la manera siguiente: "Estamos en el año 2019 después de Jesucristo. Toda Europa está ocupada por los conservadores, los xenófobos, los populistas, los nacionalistas, los ultraderechistas… ¿Toda? ¡No! Una aldea poblada por ibéricos irreducibles resiste todavía y siempre al invasor".

Los 28 países que forman la Unión Europea –mientras no se vaya el Reino Unido- tienen varias tonalidades de azul en los mapas del predominio político en cada uno de ellos. Más claro o más oscuro en función de si ha ganado la derecha moderada o la más animal. Portugal y España aparecen, sin embargo, pintadas de color rojo. Los partidos socialistas que lideran António Costa y Pedro Sánchez han ganado claramente las elecciones al Parlamento europeo. Hay una pequeña mancha roja, también, en medio de Europa. Son los Países Bajos, donde los socialistas de Frans Timmermans han empatado en el primer lugar con los liberales. Justo es decir, de todos modos, que los socialistas holandeses contaban con la ventaja de que su candidato local también lo era a presidente de la Comisión Europea después de las elecciones. Si lo acaba siendo será, sobre todo, gracias a los 29 eurodiputados ibéricos.

La familia socialista europea mira hacia el Sur para descubrir qué tienen sus colegas españoles y portugueses para conseguir un éxito que se le ha negado a ella. Los galos de Asterix y Obelix resistían la presión de los romanos porque tenían una poción mágica que les daba una fuerza sobrenatural. Cuando las legiones romanas veían que se les acercaban los galos corriendo desorganizados pero envalentonados salían escopeteados, temerosos de sus porrazos y patadas.

A Costa y Sánchez no les ha hecho falta la poción del druida Panoramix. La suya ha consistido en recuperar la vocación social tradicional del socialismo democrático. Decir que la austeridad no resuelve los problemas y necesidades de la gente y abocarse a mejorar el salario mínimo, las pensiones y los derechos laborales y sociales.

¡Tan sencillo como éso!

A pesar de que da la sensación de que Pedro Sánchez, como Obelix, también cayó de pequeño en un caldero y desde entonces va con la flor allí.

¡Que le dure!

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