Esquerra parece un partido compacto, sin crisis interna, sin cuestionamientos de liderazgo. Y es que la figura de Oriol Junqueras, líder y candidato a todas las citas electorales desde hace años, es el elemento cohesionador más fuerte. Y más desde que está en la prisión y juzgado por el Tribunal Supremo. Pero en Esquerra empiezan a sufrir.
Con la mirada corta, las cosas no cambiarán. Junqueras continuará siendo el líder incuestionable y el partido seguirá cohesionado. Pero algunos dirigentes ya temen qué pasará cuando, a medio plazo, Junqueras sea inhabilitado y no pueda ser el cabeza de lista en ninguna elección. "Volverán las luchas cainitas a ERC, será la guerra", vaticina un destacado dirigente.
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