‘Tot es mou’ inyecta dosis de independentismo en vena cada tarde en TV3

El programa impuesto por Vicent Sanchis ha degenerado durante los últimos tiempos
Helena Garcia Melero presenta un programa de 'Tot es mou' con ponsetias amarillas en la mesa.
Helena Garcia Melero presenta un programa de 'Tot es mou' con ponsetias amarillas en la mesa.

El 27 de octubre del 2017 los diputados independentistas proclamaban la República catalana en el Parlament. Un día antes, Núria Roca había recibido un burofax de TV3 donde le comunicaban que se dejaba de emitir el programa que presentaba, A tota pantalla. Vicent Sanchis, el director de TV3, necesitaba otro programa y otra presentadora más adecuados a los tiempos que corrían. Así llegó Tot es mou, que se estrenó el 5 de febrero del 2018, dirigido por Irma Pina y presentado por Helena Garcia Melero. Y esto ya fue otra cosa.

El color amarillo se adueñó del plató de TV3 y las tardes de la televisión pública se convirtieron en un no parar de propaganda independentista. A las 16.30 empieza cada día el programa presentado por la periodista que compartió arroz con Carles Puigdemont, Josep Lluís Trapero, Joan Laporta y Pilar Rahola, en casa de esta última, en Cadaqués, el verano del 2017. A las 20.15 llega el Està passant de otro independentista declarado, Toni Soler, y a las 21.00 empalma con el Telenotícies con el sesgo tradicional de los informativos de la casa.

Rahola, Moliner, Bassas, Albano…

La repartidora a los amigos y compañeros de viaje independentista funciona a las mil maravillas en Tot es mou. Pilar Rahola, siempre con algún elemento amarillo encima, ha ingresado unos 100.000 euros gracias a sus intervenciones en este programa. Empar Moliner, siempre con una pulserita amarilla, 84.200. Antoni Bassas, más discreto a la hora de elegir la ropa y complementos, 25.800. Otros beneficiarios son el recién llegado a la causa Albano Dante Fachin, con 6.250 euros por temporada o el fotógrafo y activista para la causa Jordi Borràs, 3.000 euros por temporada.

Así las cosas, a nadie le extrañó que el último programa de 2018 lo presidiera un test con ponsetias amarillas en medio de la mesa del programa. Al final, se las llevó Rahola de recuerdo.

 

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