En el año 1993, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó, a instancia de la Unesco, que el 3 de mayo se conmemoraría el Día Mundial de la Libertad de Prensa. Asociaciones de profesionales del periodismo de todos los rincones del Planeta hicieron una interpretación de esta proclamación y, desde entonces, aquel día sirve para denunciar las numerosas vulneraciones a la libertad de expresión que sufrimos en el mundo.
Con motivo de esta conmemoración se conceden bastantes premios a los defensores de la libertad de expresión y a los que sufren su carencia. Casa América de Catalunya acaba de otorgar su premio al PEN-Nicaragua, "por su resistencia y denuncia continúa de la vulneración de los derechos a la libre información así como a la libertad de expresión en el actual contexto nicaragüense". Al menos 55 periodistas y escritores de este país se han tenido que exiliar en el último año, la mayoría por motivos de seguridad en el marco de la actual crisis sociopolítica que se vive allí.
Casa América ha rebautizado su galardón en la edición de este año, la decimotercera. Ha pasado de llamarse "Premio Casa América Catalunya a la Libertad de Expresión en Iberoamérica" a "Premio Libertad de Expresión Antoni Traveria", en memoria de quién dirigió este centro durante cerca de 14 años y que fundó, precisamente, este galardón. El próximo 23 de mayo hará un año de su muerte. Pocos días antes había recibido el premio Barnasants al activismo cultural. Fue la última vez que hablé con él. No recuerdo muy bien de qué. Seguramente debería de salir en la conversación alguna noticia vinculada a la América Latina que tan bien conocía. Era un interlocutor obligatorio cuando algún medio de comunicación necesitaba una opinión bien informada sobre unas elecciones o una crisis en cualquier país del continente.
Ahora que prosperan movimientos políticos y sociales dedicados a poner fronteras y mirarse el ombligo, hacen falta más que nunca mentalidades y actitudes abiertas al mundo como la que tuvo Traveria en relación con Latinoamérica. Me gusta el cambio de nombre del premio anual que concede Casa América Catalunya a los luchadores por la libertad de expresión. Y me gustó mucho tener el premio de tu amistad, Toni.
