El Gobierno ha aprobado este miércoles presentar una denuncia a la fiscalía especialista en materia de delitos de odio y discriminación la crema y fusilamiento de un muñeco de Carles Puigdemont, el pasado domingo, a Coripe (Sevilla). Tal como ya anunció Quim Torra, el ejecutivo ha considerado que aquella acción puede "ser constitutiva de un delito de incitación al odio", de acuerdo con el código penal.
La consejera de la Presidencia, Meritxell Budó, se ha mostrado sorprendida por el hecho que "ni fiscalía ni policía española han actuado de oficio" como sí que hicieron, ha recordado, con los casos del ahora huido Valtònyc, Pablo Hasel, Willy Toledo, los titiriteros de Madrid, Toni Albà, Jordi Pesarrodona, Albert Donaire, Hèctor López Bofill, Ignasi Sabater o el mecánico de Reus, que fueron denunciados por presuntos delitos de odio.
El muñeco que representaba Puigdemont llevaba una estelada colgada al cuello y un lazo amarillo y fue colgado en un árbol, quemado y tiroteado por miembros de la organización, los cuales, según subraya el Gobierno, habían cargado las escopetas de munición de salvas en un coche de la policía local.
Los hechos, también destaca el ejecutivo, se produjo con la participación del ayuntamiento del municipio.
Budó ha afirmado que la decisión se ha tomado con el consenso de todo el Gobierno, a pesar de que el candidato de ERC a las elecciones españolas Gabriel Rufián defendió que la crema del muñeco, a pesar de ser "una barbaridad", no se tenía que judicialitzar.
