Las reñidas elecciones a la presidencia de la Cámara de Comercio en Cataluña, especialmente la de Barcelona, vivirán una batalla interna entre fuerzas barcelonistas y diferentes personajes vinculados al club y de su entorno que se verán las caras por separado el próximo día 8 de mayo.
Por un lado, un gestor y empresario de peso como Enric Crous, ex de Damm que está realizando fusiones y alianzas con el propósito de consolidar una candidatura que saque el hipo y capaz de sembrar la duda en el resto. Enric Crous fue rechazado hace meses como directivo del FC Barcelona propuesto por el mismo presidente Josep Maria Bartomeu. Su apuesta personal para llenar el vacío en la vicepresidencia económica dejado en 2016 por Susana Monje chocó frontalmente con la oposición del vicepresidente primero Jordi Cardoner, principal aspirante a sucesor en la presidencia como continuista y temeroso de cualquier incorporación de potente calibre social o financiero como en este caso era Enric Crous. Está muy claro que Cardoner prefiere evitar competencia en una junta que probablemente al final tenga que aceptar, aunque sea a regañadientes, su candidatura. Crous, no hay que descartarlo porque no es incompatible, podría acechar el palco del Camp Nou no necesariamente como aspirante a la presidencia, pero si como refuerzo de lujo de una candidatura de súper-empresarios. Más temible todavía si ganara las elecciones a la Cámara de Comercio de Barcelona.
El camino inverso es el que trata de recorrer y culminar Carles Tusquets, desde 2015 presidente de la Comisión Económica Estatutaria del FC Barcelona como sustituto de Ramon Adell. Financiero y banquero, Tusquets ha popularizado su imagen desde este lugar de mando en el control de las cuentas del Barça que, según algunas fuentes, ha permitido desatarse. Ya hace dos o tres temporadas que la deuda se ha disparado, como los salarios deportivos, sin que nadie haya levantado la voz desde la Comisión Económica por miedo a hacerse antipático al poder y sufrir, como le pasó a Ramon Adell, una apresurada reforma de la comisión.
Finalmente, la recientemente nombrada secretaria de la Junta Directiva, Maria Tejedor, se ha enrolado en una candidatura sólo de mujeres, el embrión de la cual es el movimiento 50ª50 basado en la paridad femenina en el mundo del 2030. La directiva, que también ha asumido la presidencia de la Comisión de Control y Transparencia del club y del grupo Edelmira Calvetó, parece lanzada propulsada sobre todo por el combustible de la ambición más que por el talento o su posición en el ámbito de la empresa. En el fondo, este triple frente electoral en una institución tan diferente en su naturaleza a la del FC Barcelona sí que tiene en común la ambición por el poder y su reflejo en el día a día de la trastienda y el círculo de poder azulgrana.
