«Tenemos retos compartidos enormes»

Janet Sanz es la vicepresidenta del área de Planificación Estratégica del AMB. En el Ayuntamiento de Barcelona ocupa la tenencia de alcaldía responsable del área de Ecología, Urbanismo y Movilidad.
Janet Sanz, vicepresidenta del área de Planificación Estratégica de la AMB.
Janet Sanz, vicepresidenta del área de Planificación Estratégica de la AMB.

¿Cuáles han sido, en el periodo 2015-2019, los grandes hitos que el AMB se ha marcado a nivel estratégico? ¿Se ha conseguido llevarlas a cabo?

El Plan de Actuación Metropolitana marca las líneas de actuación. En este sentido, se estructuró en tres grandes ejes que han marcado la agenda del AMB. Lo primero tiene que ver con garantizar derechos sociales y promover un desarrollo económico sostenible para cohesionar el territorio; el segundo hace énfasis en la lucha contra el cambio climático con la reducción de residuos y el fomento de una movilidad sostenible. Y el tercero tiene que ver con la mejora del gobierno metropolitano y la mejora del conocimiento.

¿Cuál es el papel, o como afecta, la planificación estratégica en el ámbito del área metropolitana de Barcelona?

El papel del área de Planificación Estratégica es el de acompañar al resto de las áreas a través de la generación de conocimiento y la reflexión estratégica para incidir en las políticas metropolitanas. Para hacerlo, se han generado espacios de trabajo transversales que han permitido profundizar en temas clave que asientan las bases para la acción futura y que se acompañan con pruebas piloto en temas como la economía circular, la soberanía alimentaria o las infraestructuras metropolitanas. Por otro lado, el Plan Estratégico Metropolitano de Barcelona se ha reivindicado como la plataforma clave desde donde impulsar reflexiones estratégicas que acaban cristalizando en pactos metropolitanos alrededor de temas clave para el futuro como las políticas alimentarias o el turismo sostenible. Por último, el IERMB se ha consolidado como el gabinete de estudios más importante de ámbito metropolitano dónde ha acompañado el AMB  y ha sido clave en la redacción de planes de futuro como son el PDU o el PMMU.

¿Por qué hay que pensar en dimensión metropolitana para resolver los retos de los municipios?

Hay políticas que van más allá de una suma de políticas municipales. Hay que avanzar en políticas conjuntas con un liderazgo metropolitano. Tenemos retos compartidos enormes cómo son el cambio climático, la segregación urbana o el envejecimiento de la población y nos tenemos que poner de acuerdo para hacer acciones conjuntas y coordinadas.

¿Cuáles son los retos estratégicos de futuro del área metropolitana?

Lo primero que hace falta es cambiar el marco sobre cómo pensamos la realidad metropolitana. Todo el mundo habla de soluciones metropolitanas pero estas cuestan mucho construir. Por lo tanto, lo primero que hace falta es valentía política y estar dispuestos a hacer renuncias a favor de proyectos colectivos. Hay que pasar del concepto de solidaridad metropolitana, con una mirada demasiado cooptada por la centralidad de Barcelona, en la asunción de un escenario donde dejamos claro que nos necesitamos los unos a los otros. Que somos interdependientes. Y lo que pasa en Barcelona afecta al Ordal o al Besòs y viceversa. Y si de lo que se trata es de priorizar retos estratégicos para hacer frente al futuro, seguramente tenemos cuatro de muy claros y que están llanamente relacionados. En primer lugar, garantizar el derecho a la vivienda. Si la presión del centro de Barcelona acaba revirtiendo en los centros y barrios de los municipios metropolitanos, tenemos que poder pensar en políticas de vivienda conjuntas. En segundo lugar, reequilibrar puestos de trabajo y residencia. Hay que dotar de más oportunidades el territorio metropolitano para revertir la tendencia centralizadora de Barcelona. En tercer lugar, hay que promover la movilidad sostenible y reducir el uso del vehículo privado. Y en último lugar, tenemos que prepararnos para la transición ecológica potenciando la soberanía energética y alimentaria y velar por la gestión pública de los bienes comunes cómo son el agua o los espacios abiertos.

¿Qué cambios en la gobernanza metropolitana propondría de cara al futuro?

Por un lado tenemos la propia gobernanza del AMB que tiene que pasar a ser una prestamista de servicios a un sujeto político que interese a la población. El AMB, desde el 2010, tiene competencias llenas en temas clave cómo son la movilidad, residuos, agua o la planificación urbanística. Y esto requiere tener debates políticos sobre el gobierno que queremos en el AMB. Por otro lado, tenemos que poder traspasar los límites del AMB y buscar instrumentos de concierto y coordinación con los actores de la realidad funcional, que es la región. No tiene sentido que hagamos una política metropolitana pensada sólo para 36 municipios. Hay que trazar el futuro con el Vallès o el Maresme. Un consejo de alcaldes metropolitanos podría ser un buen punto de partida. En este sentido, el Plan Estratégico Metropolitano de Barcelona tiene la voluntad de ejercer de plataforma desde donde buscar los acuerdos de gran escalera. Por último, hay que potenciar el trabajo coordinado de proyectos metropolitanos con todos los agentes implicados. Tenemos el ejemplo de la Agenda Besòs, conducida por el Consorcio del Besòs. O Habitatge Metròpolis Barcelona, el nuevo operador mixto metropolitano de la vivienda, un instrumento sin precedentes y que marcará un antes y un después.

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