El ayuntamiento mantiene su nivel de endeudamiento en los 836 millones de euros, que después de la reducción de 138,4 millones al inicio del mandato de Ada Colau, es la cifra más baja de la última década.
Gerardo Pisarello, primer teniente de alcalde, afirma que los datos demuestran la "solvencia" del ayuntamiento, evidenciando que se puede gestionar más a favor de una economía plural.
Se da la circunstancia que el consistorio barcelonés ha optado por la banca pública a la hora de renovar su endeudamiento el 2018, con lo cual ha pasado a depender menos de la banca privada tradicional.
Pisarello ha explicado que antes, tres de cada cuatro euros de endeudamiento el ayuntamiento los debía en los bancos y entidades tradicionales, y que ahora esta cantidad baja a menos de la mitad.
Con datos concretos, con Ada Colau como alcaldesa, el peso de la banca tradicional ha bajado del 74,9% al 43,1% por las entradas de nuevas fuentes de financiación, con la emisión de bono sostenible (con 35 millones de euros), la banca ética (con otros 35 millones de euros) y los recursos de la banca pública (con 250 millones de euros.