El juez de disciplina social de la Liga española de fútbol ha castigado con el descenso de categoría, la expulsión del fútbol profesional y una multa la mala gestión del CF Reus, responsabilidad por su anterior máximo accionista, Joan Oliver.
El Reus, que disputaba hasta ahora la Segunda División, tendrá que competir a la Segunda División B, la tercera categoría del fútbol español. Además, queda excluido durante tres años del fútbol profesional -Primera o Segunda División- y tiene que pagar una multa de 250.000 euros por las irregularidades de Oliver, bajo cuya dirección el club consiguió subir a Segunda.
La venta del Reus, que Oliver anunció durante semanas que llegaría pero no consiguió hasta hace unos días, no ha sido tenida en cuenta, explica el juez en su resolución, aunque exterioriza dudas sobre la operación: "El saneamiento (presunto o real, total o parcial, creíble o no) de una entidad después de haber realizado el hecho infractor y haberse beneficiado de él no puede tener efectos enervadores de la sanción".
Oliver vendió el club a la empresa US Real State Investment, encabezada por Russell Platt y Clifton Onolfo, que se hicieron cargo de la deuda de 5 millones de euros cuando el club parecía condenado a la desaparición por los reiterados impagos a los jugadores. Estos inversores inmobiliarios han aterrizado anunciando una reforma del estadio, así como la construcción de un centro comercial y de viviendas.
Los responsables del Reus podrían recurrir ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS). De momento, han viajado a Madrid para reunirse con los presidentes de la Liga, Javier Tebas, y de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales. La decisión del juez de la Liga, que entra en vigor inmediatamente, en cualquier caso, libera a toda la plantilla, de forma que los jugadores pueden firmar contratos con otros clubes.
