Los VTCs continúan en pie de guerra. Los trabajadores de Uber y Cabify se plantaron ayer viernes en la plaza Sant Jaume de Barcelona para exigir una reunión con el Ayuntamiento y el Gobierno, que el próximo martes aprobará el decreto que los obligará a trabajar sólo con clientes que hayan contratado el servicio 15 minutos antes.
Antes del verano, la Autoridad Metropolitana de Barcelona ampliará la precontractación a una hora. Mientras tanto, los VTCs continúan parados en la Diagonal, entre Francesc Macià y Maria Cristina, y allí estarán al menos hasta el martes.
Una de las empresas que tiene más licencias VTC en Cataluña es Vector Ronda. La semana pasada despidieron 20 trabajadores, y la semana que viene rescindirán el contrato a ochenta conductores más. El consejero delegado de Vector Ronda, Miguel Ángel Toledo, da las culpas al gobierno. Y dice que tendrán los coches parados en la Diagonal hasta, como mínimo, el próximo martes, que será cuando podrán leer el decreto.
En 24 horas, los trabajadores de Uber y Cabify ya han recogido 121.000 firmas a favor de salvar las VTC en Cataluña: 115.000 a través de la plataforma Change.org y 6.000 a pie de calle, en la misma Diagonal.
La patronal Unauto asegura que el decreto del Gobierno no sólo expulsará Uber y Cabify de Barcelona, sino todas las empresas del sector. Dicen que hay hasta 73 con casi 4.000 trabajadores y algunas ya estarían preparando planes para hacer despidos. El presidente de Unauto, Eduardo Martín, responsabiliza directamente el consejero de Territorio, Damià Calvet, y le pide que dimita.
También piden al presidente Quim Torra que paralice la aprobación de la normativa, y tienen esperanzas de tumbar el reglamento, sea por la vía judicial o por la política.
Esto mientras los taxistas avisan que lo que ellos han aceptado sólo es una tregua con el Gobierno y que, a partir de ahora, estarán muy pendientes que ningún coche con licencia VTC se salte la nueva normativa.
