En Barcelona, una de cada 80 personas está infectada con el virus del sida, unas 25.000 en total. De estas, un 20% no saben que son portadoras y son lo que se considera el grupo de riesgo más alto de transmisión de esta enfermedad.
Desde el Hospital Clínic se alerta sobre este 20%, una cantidad muy elevada, según nos explica el director de la unidad VIH Sida del Clínic, el doctor Josep Mallolas: "En los últimos 10 años se ha mejorado mucho, porque tenemos herramientas muy potentes que controlan el virus en un 90% o 95%. Esto quiere decir que el paciente no enferma y no transmite el virus.
Pero sorprendentemente el número de infectados anual se mantiene. En Cataluña se infectan unas 800 personas cada año, esto quiere decir que algo está pasando". El doctor Mallolas considera clave la relajación de la población respecto al sida y el 20% de los portadores que no saben que están infectados. "Mucha gente se ha relajado por el hecho de que el sida ya no es mortal, sino una malatia cronificada. Todo el mundo sabe lo que es el virus, como se transmite y cómo se evita, pero una cosa es que se tenga la información y otra que se haga uso. Hay mucha gente que no quiere hipotecar su vida sexual, usando un preservativo, por una enfermedad que se controla con una pastilla, pero se olvidan de que el sida todavía es mortal", dice Josep Mallolas.
Uno de los ejemplos son las chemsex parties. Fiestas, mayoritariamente homosexuales, donde el sexo y las drogas son el motivo principal. Las relaciones que se mantienen no siempre son con protección y este es un factor de riesgo añadido, en el que entra este 20% sin diagnosticar.
"Las orgías son antiguas como la humanidad –asegura el doctor Mallolas–, pero ahora han aparecido drogas tremendamente excitantes y potenciadores de la relación sexual, y esto significa que se puede mantener sexo con muchas personas durante horas o días. Esto aumenta la possiblitat de contraer el sida".
Las chemsex, consideradas ya por el Ayuntamiento como un problema de salud pública, se han convertido en una de las fuentes de transmisión de la enfermedad. Desde el Clínic se pide no bajar la guardia, porque "la sífilis se cura, pero el sida no".