El Barça es víctima de las dos caras del cruyffismo

La familia se proteje bajo la Fundación del Barça mientras Mediapro dispara contra la junta directiva
Homenaje a Cruyff en Mediapro el pasado 13 de noviembre
Homenaje a Cruyff en Mediapro el pasado 13 de noviembre

La relación de la directiva del Barça con el entorno familiar y el legado de Johan Cruyff se ha convertido en un extraño juego de equilibrios dominado por la obsesión del vicepresidente Jordi Cardoner de mantener la relación más cordial y estrecha posible con sus herederos. Es una forma de intentar asegurarse, cuando menos, que llegado el momento de gobernar o de unas elecciones, este lobby cruyffista sobrevivido a la muerte de Johan no será un enemigo temible en la trinchera contraria. Cardoner piensa que así borrará la batalla de fondo y el fuego cruzado desatado entre Sandro Rosell y Johan Cruyff después de las elecciones del 2010, es decir entre el nuevo orden y el antiguo régimen laportista del cual Cruyff fue siempre ariete y combatiente activo.

Por eso, a partir del 2015 y desde la presidencia ejecutiva de la Fundación del Barça, Cardoner multiplicó casi por cuatro las aportaciones a la Johan Cruyff Foundation y a la academia Cruyff, que también sirven para mantener las hijas de Johan, Susila y Chantal, convenientemente remuneradas para tranquilidad de su hermano Jordi, ahora cabeza de familia con Danny Cruyff.

Cuando Johan murió, la imagen y el mensaje de un Jordi Cruyff reconciliado con la junta de Josep Maria Bartomeu se difundió en el mundo desde el Camp Nou, donde se despidió Johan con honores y un funeral de inequívoca armonía. "Al final hubo un abrazo de mi padre con el Barcelona", afirmó Jordi aquel día.

Pero en este postcruyffismo militan fuerzas como Mediapro, la empresa desde donde Jaume Roures se va sirviendo del barcelonismo y desde donde se ha impulsado un foro cruyffista para mantener estrechamente viva esta relación.

También porque este mensaje, el cruyffismo, siga dominando ideológicamente una parte de la opinión pública azulgrana y el falso estereotipo que con Cruyff empezó todo, cuando la realidad sitúa la Masía y Oriol Tort en la concepción del fútbol de ADN azulgrana único, tal como lo conocemos. Mediapro sigue en guerra y quiere ignorar que la familia de Johan se ha acogido amigablemente a la generosa hospitalidad de la actual directiva. Hace apenas unas semanas desde Mediapro se divulgó una falsa y manipulada oferta por los tittle rights del nuevo Camp Nou con el único propósito de deteriorar la gestión financiera de Bartomeu. La respuesta del club fue dura, contundente y bastante clara en el sentido que no se podía sentar a hablar con alguien –Jaume Roures– que está querellado con el club.

Días después, pero, el mismo presidente Bartomeu y el vicepresidente Cardoner asistieron a un homenaje de Mediapro, en la sede de Imagina, con Ernesto Valverde de protagonista. Ni ocuparon sillas de primera fila ni fueron bienvenidos. Pero prefirieron pasar un mal rato antes de ser acusados de dar la espalda a Cruyff. Ya sabe pues Cardoner qué le espera por más que se esfuerce en llevar el club al lado del servilismo con el recuerdo de Johan Cruyff.

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