La política ha dado últimamente episodios de aquellos que han hecho sentir vergüenza a la ciudadanía. Pero además, últimamente, la indignación por los espectáculos está llegando también a los mismos partidos. Declaraciones incendiarias, argumentarios imposibles, giros inasumibles, shows que serían más propios de platós de televisión que de una cámara parlamentaria…
Diputados de varios partidos comentaban la jugada el pasado jueves al salón de los pasos perdidos del Parlament mientras al hemiciclo estaba en marcha el pleno. Y aprovechando la semana que era, llegaron a comentar que entre todos podrían poner a la venta un numeroso grupo de políticos a precios muy baratos por el black Friday, la jornada de ofertas y rebajas que, importada de los EE.UU., se celebró el pasado viernes y se extendió en toda la semana.
Y es que, si hasta hace poco la distancia entre política y ciudadanía parecía insalvable, ahora esta distancia ya llega a estar entre la política de primera fila y el resto del mundo. "Acabarán haciendo manifestaciones contra nosotros para hacer de todo menos política", dijo uno de los diputados en aquella conversación de pasillos.
