El ex-primer ministro de Francia, Manuel Valls, aceptó la propuesta de Cs de liderar una candidatura al Ayuntamiento de Barcelona para intentar que la capital catalana se pudiera convertir en la punta de lanza de su causa compartida contra el independentismo y todo lo que no suene netament español. Es por eso que Valls ha empezado su precampaña, y para promover su figura ha escrito un libro y hace ruta por los medios intentando venderse como la garantía para una Barcelona y una Cataluña muy españolas y libres de derivas soberanistas.
Pero Manuel Valls se está encontrando que en todo su periplo por los medios acaba sintiéndose molesto y se queja del trato que recibe de los periodistas y la prensa de Barcelona. Y es que, como candidato a la alcaldía que es, los profesionales de los medios le preguntan por sus propuestas para la ciudad, por su proyecto para Barcelona, y por como confrontar sus recetas a los problemas con las de Ada Colau. Esto, pero, a Valls le molesta, asegura que no es el momento, que no quiere responder a estas preguntas y que quiere hablar del independentismo. Alguien de su equipo tendría que explicarle que en Cataluña los candidatos a la alcaldía acostumbran a tener propuestas para la ciudad y que, además, quien marca las preguntas que se hacen es la prensa y no el político. Parece que Manuel Valls no acaba de saber muy bien donde ha aterrizado.
