Los Mossos d'Esquadra han detenido un hombre, de 63 años que vivía en Terrassa, que planeaba atentar contra el presidente del gobierno central, Pedro Sánchez, según avanza Público. El detenido es Manuel Murillo Sánchez y quería matar a Sánchez para vengarse contra la orden de la exhumación de los restos del general Franco de Valle de los Caídos.
Murillo es un experto tirador que tenía en su casa un arsenal con dieciséis armas de fuego, entre las cuales había un fusil de asalto militar Cetme, un subfusil ametrallador checoslovaco Skorpion vz. 61, y cuatro rifles de altísima precisión, capaces de acertar a un blanco a 1.000 o hasta 1.500 metros de distancia. En su coche llevaba dos pistolas, una de ellas modificada e ilegal de alta precisión y un subfusil de asalto.
Este lobo solitario, que fue detenido en su domicilio de Terrassa, era el mejor tirador de los del club de tiro olímpico del Vallès en el cual practicaba y competía con éxito desde hacía muchos años, hasta convertirse en un experto en armamento; un francotirador avanzado capaz no sólo de modificar armas cortas o largas, sino incluso de construirlas.
Manuel Murillo Sánchez trabajaba como vigilante de seguridad privada y apuntó sus intenciones en un grupo reducido de WhatsApp, hecho que llevó finalmente a su detención el pasado 19 de septiembre cuando una usuaria del chat dio la voz de alarma.
Se apunta que el detenido dijo que a su edad no conocía bien las herramientas de Internet y pidió ayuda para obtener la agenda de actos del presidente y su localización concreta en momentos determinados, añadiendo que no le importaba ser después capturado: "Estoy dispuesto a sacrificarme por España".
Todo y su detención, desde la Moncloa se decidió no hacer pública esta detención, a pesar de que en la investigación acabaron participando agentes del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil, que siempre interviene en los casos donde hay armas de fuego.
