En el marco de un choque dialéctico con el líder del PP, Pablo Casado, el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, ha exteriorizado este miércoles que no se puede atribuir el delito de rebelión a los dirigentes políticos del proceso.
Sánchez, concretamente, ha recordado que en 1994, el entonces diputado del PP Federico Trillo indicó que la rebelión "se tenía que dar por militar o civiles armados a la orden de militares". Con esta referencia señalaba que Casado se situaba a la derecha de Trillo y, a la vez, emitía una señal al independentismo.
Tanto el PDECat como ERC le habían exigido que la Fiscalía retirara las acusaciones contra los dirigentes del proceso. Ambos partidos, que han mostrado su negativa a aprobar los presupuestos del gobierno espanyol en la actual situación, se han mostrado escépticos sobre la posibilidad de que las palabras de Sánchez se conviertan en hechos, eso sí.
El presidente del gobierno ya había evidenciado que no considera que se cometiera rebelión con el proceso cuando, el pasado mes de mayo, semanas antes de la moción de censura con la que llegó a la Moncloa, planteó una reforma del Código Penal para "adecuar" el delito de rebelión a los hechos ocurridos en Cataluña. Para él era "evidente" que este delito "tal como está tipificado no corresponde al tipo de rebelión que se ha sufrido en los últimos meses".
