El presidente de la Generalitat, Quim Torra, afirmó que "vale la pena luchar hasta las últimas consecuencias" por la libertad de Catalunya. Lo dijo en el acto en memoria del presidente Lluís Companys, el 15 de octubre, 78 años después de su fusilamiento en el castillo de Montjuïc. Torra se comprometió a esta lucha desde el gobierno que lidera.
Al escucharlo, me pregunté ¿qué debe de entender el presidente catalán por luchar "hasta las últimas consecuencias".
Ya hace tiempo que nos hemos acostumbrado a que una misma expresión tiene un sentido diferente en función de quien la dice o quien la escucha. Algunos independentistas y anti-independentistas se acusan de 'fascistas' los unos a los otros cuando chocan en manifestaciones opuestas en la calle. Para algunos, el "derecho a decidir" es la base de la soberanía de un pueblo o nación mientras que para otros es una expresión coja, donde falta concretar sobre qué se quiere tomar la decisión a la que se hace referencia.
En el año 2015, la Liga de Fútbol Profesional dictaminó que el equipo de fútbol de Elche tenía que bajar de categoría porque debía seis millones de euros a sus jugadores. El presidente del club, Juan Anguix, dijo, en una rueda de prensa, que "lucharemos hasta las últimas consecuencias". Se refería a que litigarían en los juzgados hasta las instancias más altas de la Magistratura.
La expresión "hasta las últimas consecuencias" se suele usar cuando una persona se declara en huelga de hambre para reivindicar algo. En este caso, la consecuencia última a la que se hace referencia es la muerte del huelgista por el deterioro de salud causado por la no ingestión de alimentos.
Torra ¿se refería a llevar el combate independentista hasat el último Tribunal internacional o a la muerte de sus dirigentes y simpatizantes?
Una vez más, cada cual entenderá aquello que más encaje con su visión de la historia. Mientras nos ponemos de acuerdo en cuáles son estas "últimas consecuencias" de las que habló Torra, sería una buena idea que se preocupara de las "primeras consecuencias" de la gestión de su gobierno que, en mi opinión, tiene un poco dejadas de la mano de Dios.
