En la vigilia del primer año en la prisión de los líderes independentistas Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, Amnistía Internacional insiste en pedir su libertad al considerar "injustificable" esta medida por ser "excesiva y desproporcionada" de sus derechos a la libertad de expresión y de reunión pacífica.
La organización carga contra las últimas decisiones del Tribunal Supremo y del Tribunal Constitucional por mantenerlos a la prisión porque "en lugar de aprovechar la oportunidad para poner fin" al régimen de prisión provisional, "las autoridades judiciales han agravado esta injusticia", asegura Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional en España, en un comunicado.
El 16 de octubre del 2017, Carmen Lamela, entonces juez de la Audiencia Nacional, envió a la prisión por sedición Sànchez –entonces líder de la ANC– y Cuixart –todavía hoy presidente de Òmnium Cultural– por promover la manifestación del 20 de septiembre del 2017 ante la sede de la Consejería de Economía, en Barcelona, en pleno registro de la Guardia Civil para desactivar los preparativos del 1-O.
Amnistía Internacional dice que "los cargos que pesan contra los Jordis son injustificados y, por lo tanto, tienen que ser retirados", si bien "en caso de demostrarse que convocaron manifestantes con objeto de impedir una operación policial lícita, esto podría ser perseguido, puesto que se podría tratar de una alteración de orden público, y ser objeto de sanción penal".
Pero "atribuirles delitos graves como la rebelión o la sedición es desproporcionado y una restricción excesiva de su derecho a la libertad de expresión y de reunión pacífica", asevera Adriana Ribas, coordinadora de Amnistía Internacional en Cataluña.