El aterrizaje de Manuel Valls en Barcelona ha sido accidentado, en cuanto a su relación con la prensa. El ex-primer ministro de Francia convocó a los periodistas para explicar que se presentaría a las elecciones municipales con una conferencia pública. Los medios que habitualmente siguen la información política se acreditaron y confirmaron que asistirían. Pero al llegar al acto, más de una hora antes de empezar, los periodistas catalanes y españoles comprobaron que el equipo de Valls había permitido la entrada masiva de medios franceses que no estaban acreditados, de forma que quedaron fuera, sin poder entrar, los periodistas catalanes y españoles que tenían confirmada y supuestamente asegurada su presencia.
Por más que se quejaron, pedir alternativas y explicaciones, el equipo de Valls no sólo les dejó en la calle, sino que remitía a los medios autóctonos a acceder a las imágenes a través de France Press. Y es que parece que para Valls, presentarse a las elecciones en Barcelona no es motivo suficiente para priorizar los medios de Barcelona con acreditación y, si hace falta, los aparta para que los franceses que le han seguido como diputado y primer ministro de Francia puedan pasar delante. Si toda la campaña la hace igual, la guerra con la prensa será abierta. El tiempo lo dirá.